Las pantallas. Ya no recuerdo cómo era vivir sin ellas. Un lenguaje binario y el Gran Mago saca de su galera imágenes, videos, publicidades, mundos. El capitalismo y sus detractores. Las fiestas a bordo de un crucero. Recetas de cocina. Las desgracias de nuestras mascotas. Un pibe durmiendo en la calle, envuelto en nuestra bandera. Las guerras.
El celular me acompaña al punto de la adicción. Quiero encontrarlos en ese viaje de pantallas, pactar una cita. No me gusta recorrer sola los fotogramas de un abrazo que esperó 80 años. No puedo estar allí, parada, viendo ordeñar a Natasha, sin nadie con quien hablar. Necesito que sostengan conmigo una taza escarchada. Los necesito también frente al murallón de Punta Lara, cuando las olas lo sobrepasan. En cada esquina de la memoria, voy a suplicarles, casi de rodillas, que se queden conmigo. En este rincón nos allanan, más allá nos fusilan, en aquel cañaveral nos entierran vivos.
Quiero que Las palabras y los días brille en sus desvelos. Para ensanchar el instante. Para gritar el amor sobre las ruinas.
Los viejos amigos, amantes del renglón y de los márgenes, podemos elegir un viaje más sereno. Cables ópticos y satélites trafican, también, hojas ordenadas. Páginas precisas, con portada, prólogo y final. A los hijos e hijas de Gutenberg nos gustan las pantallas que se parecen a su invención.
Sin fecha cierta de publicación. En un día futuro e improbable, mi amiga Teresa Reca lo tendrá en sus manos y lo convertirá en papel. close
Un libro para que penetre en la nariz el aroma inconfundible del papel. Un libro para hojearlo, ojearlo, espiar el final. La birome hundiendo la celulosa con su trazo, señalando una novedad. Un libro para guardar en un estante, para mostrar como trofeo, para prestar aunque sepamos que nadie los regresa. Un libro con marcas de tinta y guillotina.
Las historias de Las palabras y los días, la mayoría de ellas, sucedieron en los años de la linotipia y el papel. Dentro de muy poco, ese linaje será olvido.
Este libro, en su prehistoria, fue blog. Allí viven las palabras tal como fueron dichas por primera vez. También las que fueron descartadas, incómodas hebras sueltas.
Estamos rodeados de blogs que ya nadie usa, ruinas del mundo virtual, sitios de la arqueología que recorreremos en el siglo XXX. El blog Recetas y política los espera. La soledad lo está matando.
Una máquina de escribir. Un tablero de ajedrez. Las fotos del abrazo. Un acordeón a punto de llorar. Estos cuentos se contaron, alguna vez, en videos caseros. Ganas de archivar un siglo que se escurre entre los dedos.
En este canal ganan, por goleada, los mundos adolescentes. Estos videos no ejercen ninguna influencia, pero resisten.
Hicimos un solo ejemplar, para Borges. Algún día llegará a sus manos.
Dirección amorosa y artística:
Eugenia Straccali
eugeniestraccali@gmail.com
María Marta Urrutia
mmurrutia@hotmail.com
Diseño:
Laura Chuburu
laurachuburu@gmail.com
Arte:
Agustín Bucari
agustinbucari@gmail.com
Corrección:
Florencia Zubieta
florencia.zubieta@gmail.com
Edición:
Prueba de Galera Editoras
pruebadegaleraeditoras@gmail.com
Primera edición
La Plata, noviembre de 2019.
Bernazza, Claudia Alicia
Las palabras y los días / Claudia Alicia Bernazza. - 1a ed. - La Plata: Claudia Alicia Bernazza, 2019.
Libro digital, HTML
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-86-2887-5
1. Libro de Historias de Viaje. 2. Memorias. I. Título.
CDD A863